20 diciembre 2020

Historias cortas: Sólo queda luchar...

  

Cuando la vida te ha tratado más mal que bien.
Cuando las has pasado putas, pero te decían… ‘¡todo pasará!’
Cuando has luchado con todo lo que tenías, propio y ajeno.
Cuando crees que ganarás esa lucha, que llegará el momento en que podrás parar, respirar, mirar hacia atrás y recoger los frutos de tanta batalla.
Cuando te das cuenta que el final que va a corresponderte no es el que tú habrías esperado.
Cuando te ves sólo… ante el peligro, ante la adversidad, ante un futuro incierto que te invita a pasar.
Cuando sabes que sólo tú podrás luchar en esta última batalla.
Cuando conoces que el camino será duro y que posiblemente la victoria se te resista y mucho.
Cuando sólo tú podrás cruzar la línea de meta glorioso.
Cuando sabes que sólo tú podrías quedarte a metros de la línea de meta.
 
Cuando sabes todo eso, cuando no niegas la realidad y sabes que sólo queda iniciar una lucha titánica contra todo, es cuando, simplemente, te replanteas si tu paso por esto que llamamos vida ha valido la pena.
 
¿Qué debería de haber dicho que no dije?
¿A quién debería de pedir perdón por si las moscas el final del partido me coge a medio camino?
¿A quién no he agradecido lo suficiente lo que ha hecho por mi durante todo este tiempo?
¿Es útil hacer una review de lo vivido o nos quedamos sin asumir los errores que hemos cometido y sin reconocer los momentos en que lo hemos clavado?
 
Echar la vista atrás cuando estamos solos, con el agua al cuello, aunque sea en medio de un entorno idílico, o las puertas del mas allá, debería ser necesario y reconfortante para quien está a punto de subirse al último tren.

Aunque símplemente estés entre mar y cielo, incluso en ese momento, solitaria, podrás mirar a los lados y agradecer, podrás mirar adelante y atrás y continuar. Siempre, siempre podrás hacer algo… hasta que la suave brisa o la más salvaje de las tormentas te saquen de escena… mientras, lo único que queda es luchar.

Siempre,

Analema



P.D.: @servaski, gracias por el acompañamiento gráfico, como siempre :)



04 octubre 2020

El pasado siempre vuelve...

¿20… 25 años?

¿Qué más da el tiempo?, ¿acaso importa?

 

Fuimos una de esas tiernas e inocentes amistades virtuales en la etapa más vibrante de la vida, la juventud.

 

No crecimos juntos, estábamos lejos, nada estaba a nuestro favor, hasta que, simplemente un buen día, a saber porqué o cómo, acabamos coincidiendo en eso que se daba por llamar internet.

 

Por la noche, cuando las miradas eran mínimas y la oscuridad te permitía soñar despierto.

Sin horarios, más que los que tú y yo quisiéramos imponernos.

Sin reproches, sin mentiras, sin tabús… simplemente nosotros y nuestro pequeño espacio.

 

La pantalla hacía de escudo para que los miedos desaparecieran y salieran a la luz los deseos y las verdades.

 

Lo que nos unió fue la tecnología… una unión que duró hasta que, igual que vino, se fue.

 

Se fue, se escondió, desapareció durante mucho, demasiado tiempo. Y no la buscamos.

 

Pero el mundo sigue girando y acaba siempre por poner todo en su lugar, como si fuera un eterno rompecabezas.


Un buen día, una idea, un presentimiento, un … ¿y si? … y acaba pasando, el pasado regresa, las sonrisas, la ilusión, las ganas… rejuveneces, de repente eres esa persona sin miedo, sin maldad, de nuevo delante de una pantalla y con una sonrisa eterna en los labios.

 

El tiempo ha pasado… para ti y para mí.

 

Pero seguimos siendo los mismos.

Seguimos recordando que nos unió.

Hemos olvidado que separó nuestros destinos.

Hemos recuperado la conexión… esa que sonaba como una sutil cancioncilla que te taladraba la cabeza cada vez que alguna nota no era la que tenía que ser… nuestra banda sonora es y siempre será, el ruidito del módem a 56k que nos permitía compartir sonrisas, sueños, ideales y secretos.

 

Y al final pasó lo que tenía que pasar, hemos invertido un pedacito de nuestras vidas para poder volver a mirarnos a los ojos… esos que jamás deberíamos de haber permitido que se alejaran tanto.

 

Tenemos una nueva realidad, tenemos una nueva oportunidad… ahora nos llaman adultos y se nos presupone capaces de encajar nuestras nuevas vidas para evitar que pase de nuevo tanto tiempo sin disfrutar de un nuevo abrazo.

 

Jamás me has necesitado y espero que jamás me necesites, pero para cualquier cosa, lo que sea, sabes donde encontrarme.

 

Siempre,

Analema

15 junio 2020

Historias cortas: Sensaciones en azul

 

Hoy sólo es un sentimiento hecho imagen.

 

Esa sensación de libertad, de ‘yo puedo con todo’, de ‘¿qué habrá al otro lado?’

 

Una sensación de nostalgia, de cambio, de ‘siempre estaré ahí’, de ‘todo irá bien’.

 

De tranquilidad, de sosiego, de saber que hay que esperar, de aceptar, de soltar, de esperanza…

 

Sensación de ‘este es el camino’, de ‘vas bien’... de ánimo, de valentía, de poder.

 

Sensación de saber que estás donde tienes que estar, de saber que el mundo no se acaba, que hay más, que lo que sigue es más y mejor.

 

Sensación de estar a salvo, de estar en casa, de estar bien.

 

Sensación de seguridad, de estabilidad, de que por mucho que se acerque la tormenta, sabes que siempre volverá a salir el sol.

 



Sensaciones... sensaciones en azul.

 

Siempre,

Analema


P.D.: @servaski, gracias por hacer cosas sin saber que haces cosas :)


07 junio 2020

Historias cortas: Mar y montaña

Hay imágenes que te transportan, que te hacen sonreír, que te hacen soñar.
Y todo, sin pestañear.

Hay fotografías que te encandilan, te enamoran y te internan en un nirvana construido sólo para ti.

Hay momentos que se llevan en el alma y se guardan en el corazón.

Y esta fotografía, aún sin mar, es mar y montaña.

Ese mar que será la guinda al llegar a la cima de la montaña.

Esa simbiosis de lo que tienes con lo que querrías tener.

Esa dualidad de lo alcanzable con lo inalcanzable.

Ese deseo de querer volver pero tener que estar.

Todo tiene un precio… hay que pelearlo… cuando alcances las nubes… la gloria será eterna.



Siempre,
Analema

P.D.: 'sueño' propiedad de @servaski

24 mayo 2020

Historias cortas: Realidad alternativa


Tan alternativa, como no poder cerrar un trato con un apretón de manos.

Tan alternativa, como no poder ir al centro de salud y por ende recibir diagnóstico o tratamiento a través de una llamada telefónica.

Tan alternativa, como no pisar tu centro de trabajo porque teletrabajas.

Tan alternativa, como tener que hablar con alguien a varios metros de distancia para evitar males mayores.

Tan alternativa, como tener que inventarte algo para demostrar cariño porque los abrazos quedan desplazados hasta nueva orden.

Tan alternativa, como no poder seducir con caricias.

Tan alternativa, como no poder besar para enamorar.

Tan alternativa, como que el hecho de que alguien te sonría bajo una mascarilla pueda pasar desapercibido.

Tan alternativa y absurda, como poner una farola, en un camino rural junto a una pared seca.

Siempre hay alternativas, pero... ¡como echamos de menos la normalidad!

Siempre,
Analema



P.D.: farola propiedad de @servaski


17 mayo 2020

Historias cortas: Perspectiva


Porque la vida no siempre aparecerá ante tus ojos de la forma que la habías planeado.
Porque no siempre pasarán las cosas que deseas que pasen.
Porque no siempre podrás disfrutar de las personas que deseas de la forma que quieres.
Porque no siempre la realidad es, como tu la hubieses construido.

Y es ahí donde entran las perspectivas.

Es ahí donde entra el darle vueltas y sacar una nueva visión.
Es ahí donde das carpetazo a los sueños y te adaptas a las realidades.
Es ahí donde hincas la rodilla en el suelo y haces la foto desde el barro para dar importancia a ese algo que para ti la tiene, pero sin dejar de lado la realidad que lo acompañada.
Es ahí donde te conviertes en camaleón y te adaptas.

Es una forma como otra cualquiera para seguir adelante.

No siempre tendrás un buen día, depende únicamente de ti darle la importancia justa a las cosas que vayan sucediendo para que tu día no empeore.

Perspectiva, es cuestión de perspectiva.

Siempre,
Analema

perspectiva by @mundane_routine


15 mayo 2020

Ventanas...


Las ventanas son agujeros abiertos al más allá.
A lo que podría ocurrir.
A lo que ocurrió.
A lo que está ocurriendo.
A lo que nos gustaría que ocurriera.

Son puentes a una libertad que a veces olvidamos que nos pertenece.
Son escotillas a un futuro que está en nuestra mano.
Son boquetes en la pared que dan rienda suelta a nuestra imaginación.

- ¿Qué hay detrás de una ventana?
- Básicamente, ¡lo que tu desees!

La primera imagen de este blog fue una ventana hace ya muchos años.

Tiempo en el que las cosas han ido bien, regular, mal y muy mal.

¡Pero seguimos!

Y ansiamos más ventanas.
Más opciones.
Más aventuras.
Más proyectos.


Esta 'nueva' ventana me ha hecho recordar esos tiempos... tiempos en los que la incertidumbre, el miedo a lo desconocido y a las capacidades de uno mismo, eran los protagonistas.

Esta 'nueva' ventana simboliza un 'estamos a medio camino, ¡seguimos!'

Habrá más ventanas, por supuesto, serán ventanas propias, robadas o prestadas, pero las seguirá habiendo.

La magia de abrir una ventana y no saber que camino se nos desvelará al otro lado, es una sensación a la que no deberíamos de renunciar.

Siempre,
Analema

P.D.: ventana propiedad de @mundane_routine

13 mayo 2020

Historias cortas: Reflejos


Cada instante es irrepetible.
Los momentos son fugaces.
Lo que no se aprovecha, desaparece, cambia.

Mírate a un espejo, ¿tu reflejo eres tú?… cierra los ojos… respira… abre los ojos… ese tú es tu otro tú, ya no eres el mismo.

Las oportunidades están ahí para que las aproveches, no para que las dejes escapar.

Las casualidades ocurren por algo, ¡disfrútalas!

Lo que ahora mismo ves ante tus ojos puedes desaparecer con el simple aleteo de una mariposa… empápate de la realidad, de lo que te ha tocado vivir, exprímelo hasta dejarlo en nada y crece con cada momento.

Los reflejos, bien sean en el espejo o en un charco de agua son simplemente fantasías que crea tu mente… identifica la realidad, úsala, hazte con ella… de lo contrario, alguien se te adelantará…



Simplemente,
Analema

P.D.: @mundane_routine, gracias, siempre

09 mayo 2020

Historias cortas: luces y sombras



Creyó que estaba a salvo, pero no era así.

Le seguían acompañando sus miedos, su pasado, su historia, sus porqués...

Y era precisamente eso, lo que él quería evitar, ser juzgado por hechos ocurridos tiempos atrás y enterrados en lo más profundo de su alma.

Esos mismos sucesos que sin pretenderlo y sin darse cuenta, se reflejaban al exterior a la mínima ocasión y quedaban nuevamente al descubierto sin haber sido invitados.

Y era cuando no quedaba otra que enfrentarlos de nuevo, que apaciguar esos miedos del pasado o de, simplemente, apagar las luces que daban forma a las sombras.

Siempre, 
Analema

P.D.: sin imagen no hay reflexión, gracias @servaski

07 mayo 2020

Historias cortas: Amanecer


- No me gusta
- ¿Por qué?
- ¡Es horrible!
- Voy a conseguir que no la veas.
- Ja!


- Mira esos mástiles, jugando a ver quien se mantiene más erguido, como si de una competición se tratase.
- Observa el reflejo en el agua, es la forma que tiene el día de avisarte que todo puede cambiar en un momento si prestas atención.
- Distingue esos botes, dispuestos en fila, como si estuvieran en la línea de salida dispuestos a medir sus fuerzas.
- ¿Qué me dices de ese rayo de esperanza que se ve en el horizonte? amanece un nuevo día y es otra oportunidad única para hacer las cosas bien y sentirse orgulloso de uno mismo antes de cerrar los ojos ya en la cama.
- Huele, ¿hueles a sal?, ¿a mar?, ¿a esa sensación de ‘hoy sí!!’?
- Escucha, ¿oyes las gaviotas?, ¿oyes el murmullo del agua al chocar contra el muelle?, ¿oyes el trisar de las golondrinas?
- Cierra los ojos, siente esa ligera brisa de cuando el día está empezando y cargando pilas para sorprendernos.

- ¿Sigues viendo la chimenea?
- No.



Siempre,
Analema 

P.D.: gracias siempre a @servaski por su santa paciencia y por dejarme ‘vestir’ a sus fotografías con palabras.

06 mayo 2020

Historias cortas: Atardecer


Sonaba música instrumental en la habitación.
De esa que en alguna ocasión formó parte de la banda sonora de una película.

Estaba cansado, muy cansado… de la situación, de lo que le había llevado hasta allí, de la vida…

Cerró los ojos con la intención de dejarse ir, pero la imagen que inundó su mente fue la que en tantas y tantas ocasiones había contemplado.

El atardecer sobre la costa de esa isla que le encandiló en una ocasión y que posteriormente le había acogido convirtiéndose en su segundo hogar.

Pensó que tenía gracia que los últimos pensamientos que pasaran por su mente fueran a ser esos,  ya que eran, básicamente, un resumen de su vida en esa remota isla... momentos en solitario, momentos compartidos, era el lugar donde siempre iba para encontrar ese algo de ilusión cuando esta se desvanecía de su camino, era también el espacio donde había derramado lágrimas y lágrimas para dejar salir la tristeza en esos momentos en que nada más servía...  pero siempre, siempre, asociaría esa imagen con un puntito de esperanza que imaginaba aparecía de la nada asomándose por el horizonte.

Y sonrió mientras se imaginaba, una vez más, sentado en esa roca mirando al punto exacto donde el mar se convertía en cielo y pensó lo de siempre, ¿qué ocurrirá mañana?... en esta ocasión sabía la respuesta con absoluta certeza… nada.

Siempre,
Analema

P.D.: sin imagen no hay historia... gracias @servaski

05 mayo 2020

Historias cortas: Abandono


No, no es abandono, es el reflejo de una historia jamás contada.

Él era carpintero.
Humilde pero sincero, con un enorme bigote que no conseguía esconder el amor que sentía por los suyos cuando los contemplaba en silencio.

Ella era, 'sencillamente', ama de casa, era quien conseguía que el día a día transcurriera sin contratiempos, quien se dedicaba a las labores, que una casa en medio del campo, precisaba.

Luego estaban los enanos, eran dos, idénticos pero diferentes, revoltosos e inquietos como cualquier crío de su edad.

El viejo neumático que papá les había colgado del ancestral acebuche en la parte trasera de la casa era su parque privado de juegos, junto con el balón y donde pasaban la mayor parte del día.
En él, balanceándose por turnos, pasarían parte de su infancia y adolescencia.

¿Quién iba a imaginar que el neumático del viejo tractor acabaría siéndoles tan útil?

Un día cualquiera y sin previo aviso, el cielo apareció sobre sus cabezas en plena habitación.
El techo se había desplomado, afortunadamente sobre la mesa del salón.

Se reparó, claro que sí, pero aprovecharon la desgracia y la convirtieron en una oportunidad para poder contemplar la lluvia cuando esta caía sobre sus cabezas y tintineaba sobre el cristal que habían puesto a modo de claraboya para poder disfrutar, básicamente, de las noches estrelladas de verano.

Eran humildes pero felices.

No podían pedir más a la vida, tenían opción diariamente de disfrutar del campo, del día a día en plena naturaleza y enorgullecerse de la vida que llevaban, donde no molestaban a nadie e intentaban ayudar siempre que les era posible, a quien lo necesitara.

Nadie contó jamás su historia… aquí queda…

Siempre,
Analema

P.D.: imagen sustraída sin permiso de aquí  😇

25 abril 2020

Alternativas...



No quisieron llamarlo cuarentena, lo llamaron confinamiento.
Vamos por la segunda cuarentena…

La situación es dispar dependiendo de cual sea la situación de cada uno.

Del ánimo que a día de hoy te quede todavía.
De la superficie que haya disponible en tu hogar.
De si tienes o no balcón.
De si dispones de terraza.
De si puedes disfrutar de un patio.
De si tu jardín da para macetas y alguna que otra planta aromática.
De si tu espacio bajo las estrellas es amplio como para tener hasta piscina.

La situación es, como decía, dispar y heterogénea para cada persona a la que preguntemos.

Una vez establecida la capacidad física de cada uno para afrontar esta situación, entramos en la capacidad mental o psíquica del personal.

Puedes estar jodido desde el día 1.
Puedes haber ido pasando por estados varios desde que todo esto empezó.
Puedes llevarlo razonablemente bien, dada la situación.
Puedes estar eufórico por la oportunidad que se te está ofreciendo.

Y ahí radica la realidad de todos y cada uno de nosotros.
En como afrontamos realmente lo que nos ha tocado vivir.

Los libros de historia hablarán en un futuro de lo que hoy en día acontece.

Hablarán desde la perspectiva de una sociedad privada de libertad durante x días para poner al bien común, por delante de las necesidades personales.

Pero nadie hablará de la oportunidad de aquellos que se adaptaron a la situación aceptando lo que la vida les había puesto en la casilla de salida.

La opción de evaluar la fortaleza de cada uno, de comprobar la capacidad de cambio de uno mismo dadas las nuevas reglas del juego.


Y es que no estamos aquí para aceptar y decir amén.

Estamos para crecer, para continuar, para seguir adelante, para aceptar, modificar y verle el lado bueno… aceptar que esto te está prohibiendo ir a trabajar, pero te da la oportunidad de ver crecer a tus hijos día a día… te está prohibiendo seguir relacionándote con tus amigos, pero te está ofreciendo tiempo para rescatar a esas viejas amistades que tienes algo olvidadas… te está impidiendo seguir asistiendo a clase diariamente, pero te permite dedicar tu tiempo a ese hobby que siempre relegabas y para que el que nunca encontrabas un hueco…

Tienes dos opciones… caes y te dejas arrastrar por la negatividad o aceptas que hay que ir soltando lastre y adaptándose a las nuevas circunstancias porque la partida sigue, porque tu vida sigue y el objetivo sigue siendo el mismo de siempre, sacarle el máximo partido y llegar a la meta orgulloso de uno mismo y con una sonrisa enorme de satisfacción personal.



Segunda cuarentena… ¡¡sorpréndeme!!
Te reto, te espero, ¡¡te ansío!!
¿Qué me vas a enseñar en esta ocasión?

Siempre, 
Analema

19 marzo 2020

COVID-19


Se acabó.
Ya nada volverá a ser ‘normal’.
¡Y tampoco deberíamos pretenderlo!

Está siendo un revés muy grande.
Una fuerte sacudida.
Algo que remueve consciencias y nos obliga a pensar en qué hicimos mal.

Hemos perdido nuestra escala de valores.
Hemos cambiado para mal nuestras preferencias.
Hemos dejado de lado lo que más importa.
Hemos idolatrado gilipolleces y elevado a la cima necesidades irreales.

Llevamos pocos días de encierro, pero ha llegado el momento de cambiar.

De cambiar actitudes.
De recomponer prioridades.
De dar paso a lo que realmente importa y no a lo que nos han hecho creer que importa.
De anteponer ante todo y sobre todo a las personas, a las buenas acciones, al sentido común.
De hacer lo que realmente queremos hacer y no lo que otros quieren que hagamos.

Ahora mismo sólo importan las personas… el vecino, el amigo, la madre, el hermano, los sobrinos, la familia, el tendero, los compañeros de trabajo, esas personas que en algún momento formaron parte de tu vida, esas con las que algún día te cruzarás y pasarán a formar parte de ti…

Somos personas cuidando de personas.

De nada sirve un puesto de trabajo de responsabilidad si tu madre se está muriendo en un hospital.
De nada sirve el chalet más lujoso y la piscina más estrambótica si tu hijo no podrá disfrutarlo este verano.
De nada sirve tener la cuenta corriente a reventar si no puedes salvar a tu mujer.
De nada sirve nada de lo material que nos rodea si los nuestros sufren y mueren.

¿Sabemos ya que es importante?

¿Qué será lo primero que hagas cuando te devuelvan tu ‘normalidad’?
¿Lo mismo de antes?

¿Te habrá servido para algo todo este paréntesis?
¿Toda esta locura?

Valora esa mirada.
Valora ese abrazo.
Valora ese tiempo que te dedican.
Valora esa sonrisa furtiva.
Valora esa caricia.
Valora el contacto… el visual, el físico…

Valora ahora y siempre todo lo que no puedas comprar con dinero, al fin y al cabo, es lo único que vale tu tiempo y tu ilusión.

Haz una lista de lo que vas a hacer cuando te ‘liberen’…

- Abrazar a tus padres... aunque no sean mucho de abrazos.
- Sonreír a quien se cruce contigo... porque estamos vivos y estar vivo es maravilloso.
- Besar a quien te apetezca... porque es lo que sientes y es lo que quieres hacer.
- Soltar ese 'te quiero' a quien realmente te importe sin que ese ‘te quiero’ tenga que tener ese significado que el cine y la literatura le ha dado a lo largo de los años.
- Ese ‘te quiero’ que implica un ‘me importas’.
- Ese ‘te quiero’ que significa ‘te echo de menos’.
- Ese ‘te quiero’ que no es más que un ¡‘eres importante para mi’!

¡Da las gracias!

Gracias por estar en mi vida.
Gracias por ayudarme.
Gracias por estar pendiente de mí.
Gracias por acordarte de mí.
Gracias por preocuparte por mí.
Gracias por ser así.

Hagamos entre todos, que esta situación no sea en vano.
Consigamos entre todos que la realidad sea diferente.
Alcancemos entre todos un status más elevado de ser humano del que hemos usado hasta ahora.

¿Podremos hacerlo?
¿Seremos capaces de continuar?
¿De evolucionar?
¿De seguir adelante con prioridades renovadas y sueños por cumplir?

Confío plenamente en ti, no me defraudes.

Siempre,
Analema

02 marzo 2020

Tempus fugit...

Hay ocasiones en la vida en que ésta nos sorprende con un ‘te lo dije!’, con un ‘time out!’, con noticias inesperadas o cambios bruscos de rumbo.

Hay otras, en que te avisa, en que te va dando señales, en que te va erosionando poco a poco para que cuando llegue el día, no sea tan duro de aceptar.

Y es que sí, todo llegará un día u otro a su propio final.

Memento mori, amigo mío, memento mori.
 
Pero no solo eso, sino que mientras eso llega, el tiempo se acaba, el tiempo que tienes disponible para preparar ese examen, para que esa boda que llevas meses preparando se convierta en un recuerdo imborrable, para dar amor infinito a esos padres que están por coger su último tren va pasando lenta e inexorablemente.

Y es por eso, por ese pequeño detalle, por el hecho de que no disponemos de un reloj eterno ni de oportunidades infinitas, que hay que establecer prioridades.

Que deseamos vs de que disponemos y utilizar los recursos a nuestro alcance para que lo que deseemos pase al plano real en la medida de lo posible con las herramientas que tenemos a nuestro alcance.

Si eres consciente de la realidad… si tienes claro que deseas… podrás optimizar tus acciones para acabar sintiendo, cuando el cronómetro llegue a 0, que has hecho todo lo humanamente posible para conseguir llegar a meta con el corazón a rebosar.

Seamos conscientes de que el tempus fugit nos persigue y aprovechemos esa circunstancia para que el memento mori nos pille con una sonrisa.

Tenemos tanto tiempo y lo desperdiciamos en cosas tan banales que si consiguiéramos, por un momento, ser conscientes de nuestra realidad, haríamos las cosas de forma diferente, VIVIRÍAMOS realmente la vida y nos ahorraríamos muchos lamentos innecesarios.

Liberémonos de ataduras, de antiguas creencias arraigadas, hagamos realidad nuestro mundo ideal, seamos conscientes de que camino tomar para llegar donde el abrazo sea el rey y la sonrisa perenne.

No es difícil, simplemente se trata de ser coherente, de estar lúcido, de tener las ideas claras… de haber tropezado tantas y tantas veces que la única opción que te quede sea la de tirar para adelante, con la cabeza alta, las ideas claras y la noción del Carpe Diem por bandera.

Tempus fugit amigo mío, tempus fugit

Siempre,
Analema