14 noviembre 2019

Casualidades y causalidades


¿Se puede llamar amigo a alguien que apenas conoces y con quien has compartido poco más de un par o tres de días si te da por sumar las horas en que habéis estado juntos?

¿Quién dicta a partir de cuando se puede llamar amigo a alguien?, ¿tienen que pasar años, meses?, ¿tiene que guardarte algún secreto para recibir ese distintivo?

¿Te equivocarás si te precipitas en llamarlo así?

Quizá… es probable que así sea, pero… ¿porqué no arriesgarse?, ¿porqué no confiar en lo que te dicta el corazón?

Si tu yo más profundo está a gusto, tranquilo y cómodo con esa persona, ¿porqué no puedes llamarla amiga aún sin haber compartido nada más que unas pocas semanas desde que está en la agenda de tu teléfono?

¿Qué importancia tiene el tiempo salvo la que nosotros le demos?

Apareciste sin avisar, en pleno vuelo, sin pretensión alguna salvo la de ser amable y conseguiste, sin esfuerzo, que el trayecto cruzando el mediterráneo y media España se convirtiera en uno de los más agradables que había tenido últimamente. 

Tras eso, seguiste con tu vida, yo con la mía, pero con la sutil conexión de interesarte cada pocos días por como transcurrían mis vacaciones.

Y cuando la agenda de ambos se liberó y coincidimos en la misma esfera espacio temporal, en un mismo lugar vamos, decidimos que era el momento de volver a compartir tiempo pero en esta ocasión en suelo firme.

Y nos sobrepasó, ¿un primer encuentro de 9 horas?, ¿se nos ha ido la cabeza?

Pero fue ameno, tranquilo, cómodo, agradable, instructivo, coloquial…

Y con la excusa de ‘tengo que enseñarte esto y lo otro’, repetimos.

Y con el pretexto de no tener que esperar al fin de semana, ¿qué tal si vamos al cine?, y la respuesta fue un sí.

Y tras una excursión por esos caminos, ¿qué tal si comemos juntos?, otro sí.

¿Qué más da el tiempo que marque el calendario si te encuentras a gusto con esa persona?

La vida te pondrá muchas zancadillas, mientras puedas engañarla y sobre todo disfrutar y estar a gusto mientras lo haces, ¿porqué no?

Apareciste fugazmente y desaparecerás en breve de la misma forma, así que lo más inteligente será aprovechar el tiempo que nos quede.

A partir de dentro de poco voy a tener que saber de ti a distancia, que no está mal, pero no es lo mismo.

Mientras tanto, nos queda, como poco, un aniversario que celebrar, el tuyo, precisamente hoy :-)

Unas Navidades que no cuentan porque no estarás y poco más… no creo que lleguemos a Semana Santa pisando el mismo suelo.

Tu mismo lo has admitido, este trozo de roca en medio el mar te ha robado un pedacito de corazón. 

Confío en que cuando sea el momento de abandonar el barco, tardes mucho en olvidarnos y te quede ese recuerdo de momentos agradables y sinceros cuando te acuerdes de nosotras y porqué no, que sonrías al hacerlo.

Mientras llegue ese día… ¿aprovechamos el tiempo y celebramos hoy tu cumple? :**

Si quieres, te queda mucho por disfrutar, pero hoy es tu día, hoy solo importas tú.

Siempre,
Analema