31 mayo 2017

¡¡ Para ti !!


No sé tu historia.
No sé nada de tu pasado.
Básicamente eres nuevo para mí.

No sé si eres transparente u opaco.
No sé cuales son tus miedos o tus alegrías.
No sé si prefieres el mar o la montaña.
No sé de tus comidas de tarro, ni de tus manías.

Apareciste de casualidad en mi vida porque ‘no te dejaban conducir’.
Y te quedaste con tu enorme sonrisa porque tú quisiste y yo te dejé (que por algo hacemos lo que nos da la gana :D)

Tienes mi voto de confianza porque importas a alguien que me importa.
Tienes mi abrazo porque eres dulce y cariñoso.
Tienes mi admiración porque eres sincero y tierno.

Tendrás tus manchas, que forman parte del pasado.
Tendrás tus movidas, que no me afectan.
Tendrás tus preocupaciones, que si quieres te echo una mano para resolverlas.
Tendrás tus amigos y enemigos, porque simplemente, vives en este mundo.

No puedes caer bien a todos.
No puedes ser del agrado de todos.
No puedes ser el ‘preferido’ de todos.

Puedes pasar del mundo y ser tu mismo.
Puedes levantarte con fuerza y continuar.
Puedes superarte día tras día y convertirte en tu versión 2.0 ó 3.0 ó 4.0... (¡las que necesites!)

Sea como fuere, para mi eres un lienzo en blanco, eres como una sorpresa en su correspondiente caja de regalo envuelta con un papel que no deja ver su contenido.

Se que la primera capa tras quitar ese papel, es una piel tatuada.

¿Lo qué hay debajo de la piel? Sólo tú lo sabes y sólo lo sabrá quien tú desees que comparta esos pequeños secretos contigo.

Cada personaje que se cruce en tu vida llegará lo más cerca de tu alma que tú le permitas.
Unos se quedarán en un hola y adiós y habrá quien en cambio, sin pretenderlo, se vaya colando despacito cada vez más cerca de tu corazón.
Todas las etapas están bien, en todas las etapas ofreces una parte de ti, sólo tú decides con quien compartes más y con quien menos.
Tú manejas las riendas de tu vida, tú decides. Siempre.

De momento mi querido nuevo amigo, hoy empieza otro año espectacular, que te mereces, que será glorioso si le dejas, que te pondrá pequeñas zancadillas pero las superarás con elegancia y maestría.

Un nuevo año que recorrerás acompañado de los tuyos, de los de siempre, de los de hace poco, de los nuevos y de los que están por venir.

No pongas barreras a tu felicidad, resérvalas para las adversidades.

Simple y llanamente, avanti, con la cabeza bien alta, orgulloso de quien eres y de quien te saluda todas las mañanas desde el espejo.

Simplemente, ¡¡ felicidades !!,
Analema



22 mayo 2017

La Trail Menorca Camí de Cavalls de 'verdad'

Las celebrities dan dinero.
Los pro’s también.

El tener un cartel en el que poder exhibir corredores de renombre da ‘importancia’ a la prueba, pero no nos engañemos, queda muy bonito en portada, las fotos de esos pro’s harán que se consigan muchos likes y nuevos seguidores en las redes sociales pero son un porcentaje ridículo frente a los verdaderos protagonistas de la carrera.

Que sí, que todo eso está muy bien, pero este año para mi, la Compressport Trail Menorca Camí de Cavalls ha sido una carrera diferente.

Ha sido la carrera de Salva, que el año pasado cubrió la distancia de 100 km en 18:47 h y este año ha invertido dos horas más. Porque cuando el cuerpo no puede, tiene que poder la cabeza, los amigos y las sonrisas de los voluntarios que le recuerdan de años anteriores… así se llega a cualquier parte, incluso a meta.

Ha sido la carrera de Tiago, que ha llegado último en la distancia de 100 km, a quien prohibimos abandonar en el último avituallamiento y a quien su pareja y amigos apoyaron en todo momento para que continuara.

Ha sido la carrera de Ralph, un inglés afincado en Donosti que cubría la distancia de 185 km por segunda vez acompañado de Alfredo, al que conoció el año pasado en esta misma situación.

Ha sido la carrera de Pedro, que aún sin fuerzas y físicamente perjudicado se obligó a llegar hasta Es Grau porque ‘¡habíamos quedado en vernos ahí!’.

Ha sido la carrera de Silvia, que tras perderse en una carrera y hacer sufrir a su marido innecesariamente, éste la ‘persigue’ avituallamiento tras avituallamiento para evitar que vuelva a suceder.

Ha sido la carrera de Raúl que a pesar de salir a las 8:30 h, se permitió el lujo de descansar en Es Castell, ser entrevistado, atendido por los fisioterapeutas y acabar en la posición 37 de la general cuando nadie le conoce… bueno, ahora sí porque decidió pedirle matrimonio a la madre de su hija en meta y ahora es famoso :D

Ha sido la carrera de Roger y de Susana, que no se esperaban recibir ánimos y un empujón de fuerza de parte de Marcos a través de una servidora.

Ha sido la carrera de Juanjo, que confiaba plenamente en si mismo para superar por primera vez esos 85 km, pero que al que tuvimos que tirarle de las orejas para que se inscribiera de una vez por todas.

Ha sido la carrera de aquel que te dice que no volverá y sabes que lo verás de nuevo el año que viene.

Ha sido la carrera de ese y el otro y el de más allá, que llegaron al avituallamiento marcados por el contacto con el suelo tras la primera o segunda caída.

Ha sido la carrera de ese voluntaria novata que ha disfrutado como una enana de algo que desconocía completamente y que está invitada a volver las veces que quiera.

Ha sido la carrera de poner cara a más de un voluntario de una vez por todas.

Ha sido la carrera en que sabes que si no eres voluntario, siempre acabarías encajando en Protección Civil... con suerte :-p

Ha sido la carrera en la que hemos hecho más horas que un reloj.
En la que apenas hemos dormido.
En la que hemos ‘trabajo’ de madrugada.
En la que hemos sacrificado el ver entrar en meta a un amigo por hacernos cargo de un avituallamiento más.
En la que como cada año, hemos disfrutado como enanos.
En el que hemos constatado que todavía se puede confiar en la juventud.
En la que hemos ‘engañado’ a alguien más para que pruebe el sabor del voluntariado y quede invitado para el año que viene.

Y ha sido la carrera de la post-carrera, en donde te reencuentras con esos compañeros que ves sólo esos días al año pero a los que te une algo más que unas horas de voluntariado.

Ha sido la carrera en la que ves de nuevo a acompañantes de corredores con sus respectivos churumbeles y ves como crecen año tras año… y sonríes… y te sientes feliz.

Tantas y tantas historias por contar… cada voluntario tiene un saco lleno, este es sólo un pequeño ejemplo de lo que vivimos, de lo que nos dejan compartir con ellos.

2.018 está al llegar.
La VI edición está al caer.



Señoras y señores, prepárense, nos esperan emocionantes y emotivas situaciones que vivir… mientras tanto… vamos soñando.

Siempre,
Analema

P.D.: Experiencias anteriores...

2014 - Ese año estaba vaga :D




06 mayo 2017

A ti... desconocido...


No te conozco.
No formo parte de tu vida.
Únicamente me crucé en ella una mañana cualquiera de invierno, casi rozando la primavera.
Y escuché un trozo de conversación que no iba conmigo.
Y a partir de ahí, me creo con derecho a entrometerme en tu vida, ¡ja!

En fin.

Se que no debería estar haciendo esto.
Se que nadie me ha pedido que lo haga.
Se que tu problema no va conmigo y no debería de importarme.

Pero mira tu por donde, yo es que no puedo ni quiero mantenerme al margen.

A tu manera pediste ayuda a un desconocido.
Por ende, eres consciente de que necesitas consejo, ánimo, vivencias ajenas para poder tomar una decisión que encauce tu vida.

Así que aquí estamos, yo escribiendo y sin saber si en algún momento te haré llegar estas palabras y quizá tu leyendo… o no…

Una cosa está clara y deberíamos ser todos muy conscientes...

Sólo tenemos una vida.

Una vida que se acorta cada vez que anochece.
Una vida que tenemos todo el derecho y el deber, de disfrutar al 150% de forma diaria.
Una vida de la que disfrutaremos el resto de nuestros días… o no… dependerá de lo que en ella hayamos construido.

Construir castillos en el aire, vivir de ilusiones, de lo que ansiamos que sea pero no acaba de ser no es solución. Será todo volátil y en cualquier momento hará aguas y nos quedaremos con cara de idiota.

La persona que está a tu lado se merece ser feliz.
Tú mereces ser feliz.

Sólo por eso, por ese pequeño detalle, deberías ser consciente de la realidad, de tu realidad y obrar en consecuencia. 

Aunque duela. 
Aunque te destroce. 
Aunque haga temblar los cimientos de tu día a día. 
Aunque sea un tópico, los dos sabemos que ‘el tiempo todo lo cura’, tardará más o menos, pero acabará sanando.

Tu pareja se lo merece.
Tú te lo mereces. Tú más que nadie se merece intentar conseguir eso que anhelas, esa realidad que deseas, esa que sabes que ahora mismo está lejos de tu alcance a no ser que las cosas cambien.

Intenta arreglarlo.
Habla.
Comunica.
Expresa.
Manifiesta.
Discute.
Vuelve a hablar.
Planea.
Organiza.
Sincérate.

Si todo eso no funciona, coge al toro por los cuernos y toma una decisión.

Te lo debes.
Se lo debes.

Porque resulta que cuando me crucé en tu vida, estabas triste, no eras feliz, ¿lo eres ahora?
Avanza, si tiene que ser en solitario, que sea, pero avanza, no te estanques, no te pares...
Vuelve a sonreír, te lo mereces.

¡Suerte desconocido!

Siempre,
Analema

P.D.: como decía la canción...  "Piensa que el futuro es una acuarela y tu vida un lienzo que colorear"


03 mayo 2017

Objetivo: ABC - Annapuna Base Camp


Para cambiar la realidad que te ha tocado vivir a veces es tan sencillo como subirse a un avión y alejarse de lo que no acaba de convencerte.

Y es lo que hicimos para dejar atrás un Kathmandú que no nos enamoró.
Nos dirigimos a Pokhara para alejarnos del bullicio, del ruido, del ambiente colonial y acercarnos cada vez más a las montañas, a esas con las que llevábamos soñando desde hacía meses.

Llegamos a Khande en coche desde Pokhara y fue ese el punto de inicio de nuestro trekking por la cordillera del Himalaya.

Ahí fue cuando realmente empezó nuestra aventura, los días previos habían sido de acercamiento y aproximación, ahora, realmente, empezaba nuestra hazaña personal.

En este tipo de situaciones y máxime cuando las recuerdas con perspectiva, las cifras pierden relevancia y la ganan los recuerdos y las emociones vividas. Las experiencias del camino, las imágenes que se te quedarán grabadas a fuego en el alma durante mucho tiempo.

Pero para dejar constancia y para que nadie pueda echarlo en falta, ahí van esos números…

7 días de travesía.
Casi 100 km’s de ruta.
Desnivel  positivo, más de 5.900 metros.
Desnivel negativo, más de 6.500 metros.
Escalones… innumerables, infinitos, muchísimos, ¡demasiados!
Altura máxima alcanzada, 4.130 metros.
Altura máxima a la que pernoctamos, 3.700 metros.
Altura de inicio de trekking, 1.770 metros.
Altura final del trekking, 1.070 metros.

A partir de ahí, intentar resumir una semana de ascensión y posterior descenso se hace complicado.

Complicado porque sería imposible de condensar en unas palabras lo vivido, lo sentido y lo experimentado.

Intentar transmitir la sensación que te invade cuando llegas a tu objetivo y estás a unos cuatro mil metros de la cima del mundo, se hace extraño.

Saber, que si no se te gira la pelota de nuevo, probablemente sea lo más cerca que vayas a estar de las estrellas, acojona.

Descubrir que a pesar de todo y de todos, has podido lograrlo, te hace grande.

Saber que a pesar de los ‘peros’ y los problemas que puedan surgir por el camino, has sido capaz de hacerles frente y avanzar.

Confirmar que eres capaz de seguir adaptándote a las situaciones que te marca el día a día, ¡anima!

Asumir que los nepalíes adoran los escalones cuando tu preferirías un senderito, pues oye, es lo que hay.

Adaptarte a un menú modelo durante toda la semana y no morir en el intento, ¡tiene mérito!

Aprender de tus propios errores para no volver a cometerlos, es un plus añadido.

Nada es perfecto, esta aventura tampoco lo fue, pero dejando de lado lo mejorable, nos quedamos con la inmensidad de la madre naturaleza, de su poderío, de su altanería, de su fuerza, de lo insignificantes que podemos llegar a ser si nos comparamos con quien no debemos, de lo frágiles que somos y la mayoría de las veces se nos olvida.

Querida cordillera del Himalaya… te he probado, por decirlo de una forma sugerente, te he lamido, te he notado y te he sentido.



¿Volveré? No lo se.

¿Quiero volver? Sí, quiero seguir acariciando tu relieve, pero por recovecos que no  parezcan la plaza del pueblo en un día de mercado. Seguro, segurísimo que tienes caminos, rutas, sendas menos masificados que los que llevan al ABC. En esta ocasión tenía que ser así, no pasa nada, fue así y lo disfruté, pero para la próxima, ¿montamos algo diferente y más íntimo?

¿Sensaciones? Me queda ese sabor agridulce del que sabe que podría haber sacado mucho más si las cosas hubiesen sido de otra forma. Eché de menos ese poder conectar a medio camino, ese poder sentarme y contemplarte sin prisas, sin horarios y sin nadie que dictara los pasos del grupo. Para ser la primera vez pasa, pero para la próxima, querido Nepal, las cosas serán diferentes. Espero que sean diferentes.

Siempre, 
Analema


Kathmandú


Descubrir Kathmandú a pelo, con la ilusión de quien recorre tierras lejanas con el objetivo de conquistar horizontes inalcanzables puede ser peligroso.

La capital de Nepal te marcará de una u otra manera dependiendo de si ya has conocido capitales asiáticas con anterioridad o de si es tu primera incursión en esas tierras.

En mi caso, mi realidad estaba englobada en el segundo grupo, era la primera vez que pisaba Asia y además con un objetivo muy concreto y definido, alcanzar el Santuario del Campo Base de los Annapurnas.

Más de uno pensará… criatura, ¡¿dónde te metes?!, es lo que hay :)

Cuando la vida te da oportunidades queda feo rechazarlas, es casi insultante no liarte la manta a la cabeza y lanzarte en busca de la aventura con los ojos cerrados.

Mi primer contacto con Kathmandú fue un ‘dar un vuelco a la realidad’.

Fue ruido.
Fue desorden.
Fue caos.
Fue estar metida en una realidad alternativa que no había escogido.

Kathmandú es desorden ordenado.
Kathmandú son bocinas de coches que se dirigen a ti desde todos los ángulos posibles.
Kathmandú son calles sin aceras donde resguardarte.
Kathmandú es religión por cada poro de la ciudad.

Si hubiese podido, hubiese evitado el contacto con la ciudad.

No, no me gustó.

Mi objetivo distaba mucho de ese galimatías de vehículos, gente, culturas y temporalidad.

Mi meta estaba arriba, mucho más arriba...

Siempre,
Analema

P.D.: para afirmar que algo no te gusta, tienes que darle una oportunidad... Kathmandú, tachado de la lista de 'pendientes'

Kathmandú