¿Quién le dió permiso a la
imaginación para tomar las riendas de esta carrera?
¿Quién permitió que pusiera
imágenes y sonido a tu realidad?
¿Quién decidió que sería
conveniente darle carta blanca para hacer y deshacer?
Y es que tener imaginación es
bueno.
Dejarse llevar por la
imaginación es sugerente.
Envolverse en ese estado que se
crea cuando permites que la imaginación haga el resto, es maravilloso.
Pero...
¿Qué ocurre cuando la
imaginación se pasa de la raya y convierte ese deseo en algo irreal?
¿Qué ocurre cuando lo que
imaginamos, el lienzo que diseñamos para nuestra futura realidad no calza ni
con cola con lo que la vida nos depara?
¿Porqué hemos permitido dar
rienda suelta a la idealización que nos sugirió nuestra imaginación?, ¿qué
pretendemos ganar con ello?
¿Porqué no hemos sido capaces de
tener los pies en la tierra, de ser conscientes de lo que hay y de la
diferencia entre lo que nos hubiese gustado que fuera y lo que acaba siendo?
Jode cuando las consecuencias de
ese ‘creerse demasiado a la imaginación’ te salpican. Tanto da de donde vengan
esos fogonazos, tanto da el origen de los mismos. Van a por ti.
Jode cuando la realidad se
impone (que al fin y al cabo es lo que acaba pasando siempre).
Jode cuando no puedes cambiar lo
que hay en tu mente porque el deseo imaginativo de tu cabeza está cómodamente
asentado en tu consciencia y no hay tu tía de moverlo de ahí.
Jode no ser capaz de reconducir
lo que pasa por tu cabeza por lo que es real.
Jode cuando la imaginación, el
deseo de, ganan la batalla a la realidad.
¿Quién narices nos hizo tan
débiles como para sucumbir de esta forma a unos pensamientos, a unos deseos?
Puedes readaptarte en tiempo
record… pero, ¿y si no puedes?, ¿y si no pueden?
Toca recomponerse…
Toca reeducar…
Toca aceptar… tu parte… la del
otro… la de la realidad…
Toca seguir… continuar… avanzar…
¿reintentar?
Siempre,
Analema
P.D.I: no busquemos culpables, ¡¡busquemos
soluciones!!
P.D.II: ergo… ¡viva la
imaginación! Pero con cabeza, o puede costarte muy caro :-)
