30 octubre 2022

Y es que Priego...

Subes a la Degollá, bajas al río, subes al Rodenal y bajas al pueblo.

Y con eso ya has echado el fin de semana.

 

Pero entre medias te llevas risas, sonrisas, amabilidad, complicidad, fuerza, motivación…

 

Y es que Priego, aparte de un pueblo con encanto de la España vaciada, es un tesoro emergido de entre medias de la Alcarria conquense, es de esos lugares en donde, cuando te da por repetir, te sientes como en casa.

 

Rodeado de barrancos y a los pies de río Escabas sorprende con su escarpada orografía que le confiere, dependiendo de la época del año y de las condiciones meteorológicas de turno, ser un paisaje de cuento de Navidad, un escenario de la típica película en donde cae la del pulpo y están a punto de asesinar a alguien o un perfecto día primaveral soleado en pleno mes de octubre que acaba siendo el culpable de más de un golpe de calor.

 

Y es que Priego, aparte de naturaleza y amabilidad por los cuatro costados, es cuna de historias, tradiciones y cultura viva.

 

Pero sobre todo eso, Priego son sus gentes.


Los que te sonríen sin motivo.

Los que te recuerdan cuando apenas compartieron unas horas contigo hace más de dos años y te dan un abrazo que no te has ganado.

Los del bar que cuando hace bueno tiene terraza y cuando hace menos bueno te apretujas en el interior.

Los que siendo amantes de los puzles han considerado que es una buena idea tapizar las paredes del bar con horas y horas de dedicación.

A los que se les ha ocurrido que era una brutal idea la de entregar media docena de huevos ecológicos con la entrega de un dorsal.

Los que organizan eventos intentando encontrar una fecha ideal para contentar a la mayoría y que no aciertan, pero siguen intentándolo año tras año.

Es la señora que hace los mantecados y las flores que devoramos al llegar a meta, ¡gracias!

Son los voluntarios que robando tiempo a sus familias y a su vida y se dedican en cuerpo y alma para que todos nosotros lleguemos a meta enteros y con el menor número de arañazos posibles.

Son los que encenderán una hoguera en plena nevada.

Son los que te esperarán con una sonrisa siempre.

Son los que compartirán chocorreznos contigo en las paradas.

Son los que irán a tu ritmo aunque vayas fundido, aunque te cueste la vida continuar, única y exclusivamente para que cruces la línea de meta.

Son, básicamente, los que se merecen celebrar, en el 2.023 la “X Subida al Cerro de la Degollá”.

 

¿Qué por qué repetimos?

 

Por todo eso y mucho más que jamás descubrirás si no le das a una oportunidad a Priego. 

Priego de Cuenca 

 

Gracias, de corazón.

 

Siempre,

Analema


P.D.: ah! que si quieres perderte muchas de esas sensaciones y te da por hacer lo mismo pero corriendo, puedes... pero eso ya es otra historia :)


12 junio 2022

Espirals de vida

Avui m’han regalat una fotografia 

Més concretament, he rescatat una fotografia d’acabar en es fems.

Bueno, sincerament, una mescla d’ambdues afirmacions 

 

Fa un temps vestia imatges amb paraules… a veure si encara funciona...

 



Sa vida és enrevessada.

Sa vida és un ara sí, un ara no.

Mai té una direcció determinada i mai tampoc ens assegura res, ni de bo, ni de dolent.

 

De vegades és, “segueix tot recte”, o “ves cap a la dreta”, o simplement un “no et moguis!”

 

D’altres és un cúmul d’incerteses, una variació d’anades i vingudes que només aconsegueixen crear inestabilitat i que mai tinguem sa certesa de cap a on anam.

 

De vegades donam voltes, moltes voltes per arribar on volem o on creiem que hem d’anar... de vegades sa vida s’enrevolta, com ho faria una embarcació enmig de la mar si no hi haguessin normes que seguir o ningú que l’estés mirant.

 

Només ens queda endinsar-nos dintre d’aquest desgavell i absorbir totes ses sensacions i moments que aquestes voltes i més voltes ens deparen.

 

Sempre, 

Analema

19 febrero 2022

Cruce de caminos

Y un día apareció de la nada, que, sin saber porqué, ni con qué motivo, se quedó.

Y se quedó porque tenía que quedarse, su lugar estaba ahí en ese momento.

 

Y un buen día dejó de ser importante, dejó de significar lo que había significado hasta la fecha.

 

Y estuvo bien.

 

Apareció e hizo lo que estaba destinado a hacer.

 

No todo el que aparece va a quedarse por in saecula saeculorum y ¡está bien!

Siempre está bien.

Todo está bien.

 

Todos tenemos una misión en la vida de los demás… efímera, de afianzamiento, para hacer ese clic, para despertar, para entender, para siempre…

 

Y está bien.

 

El dilema surge, cuando queremos algo distinto de ese alguien que aparece sin avisar.

Cuando el destino dice blanco y tu dices, que narices, ¡morado!

Cuando la cabeza dice adelante y el corazón dice, ¡para!

Cuando lo que deseas y lo que sucede, no coincide.

 

Entonces es cuando hay que tirar de sabiduría y aceptar, aprender, conformarse con lo que es y no con lo que habríamos querido que fuese.

Disfrutar de lo real y dejar para el mundo de los sueños, los deseos.

 

Apreciar todo lo bueno que ese alguien nos brinda, toda la enseñanza que esa situación nos aporta, todos los momentos de paz que hemos disfrutado en su compañía y entender que, en ocasiones, es mejor esa realidad paralela pero cierta, que la mejor de las puestas en escena imaginables pero utópica.

 

Todos los cruces de caminos que tengamos con lugares, sabores, olores, personas… ocurren por algo, todos… sólo hay que entender cual es su papel en el momento en que aparecen y que han venido a aportarnos.

 

Siempre, siempre hay un motivo, aunque no siempre es obvio.

 

Aprovecha cada momento, cada encuentro, cada situación, cada oportunidad para exprimirle todo el jugo posible, para que mañana, cuando la marea haya pasado, puedas sonreír mientras repasas tus pensamientos.

 

Siempre, 

Analema