Le seguían acompañando sus miedos, su pasado, su historia, sus porqués...
Y era precisamente eso, lo que él quería evitar, ser juzgado por hechos ocurridos tiempos atrás y enterrados en lo más profundo de su alma.
Esos mismos sucesos que sin pretenderlo y sin darse cuenta, se reflejaban al exterior a la mínima ocasión y quedaban nuevamente al descubierto sin haber sido invitados.
Y era cuando no quedaba otra que enfrentarlos de nuevo, que apaciguar esos miedos del pasado o de, simplemente, apagar las luces que daban forma a las sombras.
Siempre,
Analema
P.D.: sin imagen no hay reflexión, gracias @servaski
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