22 agosto 2018

Oportunidades para crecer...


De la vida se aprende, de eso no cabe duda.

Pero muchas veces no sabes cuando aparecerán esas enseñanzas.

A veces te pillan de improviso y sin avisar... como apareciendo por la espalda, vamos.

Igual sucede con la gente que aparece o se cae de tu vida.

Aparecen sin más, sin haberlos llamado, sin pretender que cambies de posición.

Y en ocasiones, sin tener la intención de... acaba ocurriendo.

Alguien que es el amigo de un amigo pasar de ser un desconocido a compañero y espero que amigo por mucho tiempo.

Alguien a quien en un primer y segundo momento no le diste la importancia que se merecía, acaba convirtiéndose en un básico de tu día a día.

Alguien a quien en primera instancia ves como inmaduro y quizá hasta débil, acaba demostrándote que es todo lo contrario, fuerte y cabezota.

Alguien a quien bautizas como te sale de los mismísimos (porque tu eres así), acaba siendo alguien tierno y cercano.

Alguien con quien eres amable desde el minuto 0 acaba convirtiéndose en ese pilar que buscas cada noche al llegar a puerto.

Alguien con quien te metes y te hace reír, acaban siendo personajes que te dan una lección de amistad y tesón.

Alguien a quien de primeras no habías prestado atención, acaba siendo el nexo de unión de varios mundos.

Alguien que, aún sin levantar dos palmos del suelo, resulta ser toda una sorpresa para propios y extraños... ¡que grande eres! ¡y que lejos llegarás!

Alguien que te demuestra que, ni continentes ni idiomas pueden parar al amor.

Alguien que es amable contigo cuando tiene ocasión y que te ilusiona reencontrar en cualquier lugar.

Alguien con quien creías no haber conectado, pero que al final resulta ¡que sí lo hiciste!

Alguien que intenta integrarse, bromeando en cualquier situación y que al final encuentra su lugar.

Alguien con quien, a priori no tienes nada en común y con quien acabas entablando una conversación entretenida y curiosa.

Pero… siempre la parte positiva tiene su parte no tan buena... gente que obra de forma que no entiendes, que no comprendes, pero que tampoco juzgas... quizá algún día entiendas ese proceder.

Pero ese malestar te acompaña, hasta que llega el momento en que en lo más alto de un cerro lo dejas ir y ya no te importa, pierde su poder sobre ti y puedes continuar con las cosas buenas que te ofrece esta experiencia.

No se pueden resumir 13 días de idas, venidas, madrugones, etapas y kilómetros en cuatro frases.

Mucho es lo que nos has ofrecido y mucho es lo que nos llevamos.

Los que hemos tenido suerte habremos aprendido algo, los que no, están condenado a repetir los mismos errores una y otra vez.

Nos quedamos con las enseñanzas que han aparecido ante nosotros… la soledad es buena, la amistad es indispensable, la camaradería es importante, el apoyo ha de ser incondicional… cualquiera se merece una oportunidad... sólo a los mejores se les brindan segundas oportunidades.

Nunca decepcionas estimado Camino… en esta ocasión has vuelto a cumplir… me llevo mucho bueno, dejo atrás situaciones tensas y espero poder reconducir comportamientos extraños hacia mejor.

Gracias, siempre,
Analema