05 mayo 2020

Historias cortas: Abandono


No, no es abandono, es el reflejo de una historia jamás contada.

Él era carpintero.
Humilde pero sincero, con un enorme bigote que no conseguía esconder el amor que sentía por los suyos cuando los contemplaba en silencio.

Ella era, 'sencillamente', ama de casa, era quien conseguía que el día a día transcurriera sin contratiempos, quien se dedicaba a las labores, que una casa en medio del campo, precisaba.

Luego estaban los enanos, eran dos, idénticos pero diferentes, revoltosos e inquietos como cualquier crío de su edad.

El viejo neumático que papá les había colgado del ancestral acebuche en la parte trasera de la casa era su parque privado de juegos, junto con el balón y donde pasaban la mayor parte del día.
En él, balanceándose por turnos, pasarían parte de su infancia y adolescencia.

¿Quién iba a imaginar que el neumático del viejo tractor acabaría siéndoles tan útil?

Un día cualquiera y sin previo aviso, el cielo apareció sobre sus cabezas en plena habitación.
El techo se había desplomado, afortunadamente sobre la mesa del salón.

Se reparó, claro que sí, pero aprovecharon la desgracia y la convirtieron en una oportunidad para poder contemplar la lluvia cuando esta caía sobre sus cabezas y tintineaba sobre el cristal que habían puesto a modo de claraboya para poder disfrutar, básicamente, de las noches estrelladas de verano.

Eran humildes pero felices.

No podían pedir más a la vida, tenían opción diariamente de disfrutar del campo, del día a día en plena naturaleza y enorgullecerse de la vida que llevaban, donde no molestaban a nadie e intentaban ayudar siempre que les era posible, a quien lo necesitara.

Nadie contó jamás su historia… aquí queda…

Siempre,
Analema

P.D.: imagen sustraída sin permiso de aquí  😇

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