16 julio 2007

Cambios...

Qué sería de una vida sin cambios?

De pequeños nuestros padres nos enseñan a crecer, a afrontar el día a día, a superar los problemas y los baches.
En el colegio los profesores hacen lo propio para que tengamos una educación mínima.
Posteriormente los amigos, esos seres tan imprescindibles en la vida de cualquiera, que te acompañaran vayas donde vayas y estarán contigo siempre que los necesites.
Luego están los compañeros de trabajo, los conocidos, las personas que por uno u otro motivo se cruzan en nuestra vida. La aparición de todos ellos tiene un porqué aunque a simple vista no sepamos apreciarlo. Tarde o temprano nos daremos cuenta de ello.
Luego aparece nuestra pareja, nuestra media naranja, la persona con la que decidimos pasar el resto de nuestra vida (a priori, vamos). Ese ser que elegimos conscientemente y al cual ofreceremos compartir nuestra andadura por este mundo.
Los hijos, personitas indefensas primero y autosuficientes después, que será con quienes cerremos este círculo. Todo vuelve a empezar, ahora somos nosotros los padres, los que educamos, los que aconsejamos, los que encaminamos.

Pero, todas estas situaciones estan rodeadas de cambios, nuestra vida está compuesta de cambios.

Quién era el encargado de ayudarnos a comprender y aceptar estos cambios?
Quién era el que debía enseñarnos a asumir o a luchar contra ellos?

Aceptamos los cambios tal cual aparecen?
Nos rebelamos contra ellos?
Los compartimos?
Los afrontamos?
Los asumimos?

Hasta que punto hay que permitir que un cambio te cambie la vida? (y valga la redundancia)
En qué punto deberíamos parar y ser conscientes de que hay que rechazar ese cambio?
Dónde está la barrera?
Cuál es la línea que no hay que cruzar?
Hasta donde hay que arriesgarse?
Qué estamos dispuestos a dejar por el camino para abrir la puerta a uno de esos cambios que se nos aparecen?

Nadie nos enseña a aceptar los cambios.
El cambio asusta. Asusta tener que enfrentarse, tomar decisiones, elegir.
Asusta no ser capaz de saber que pasará si tomamos el camino de la derecha o si tomamos el de la izquierda.

Qué puedo hacer para no equivocarme?
No cambiar?

A pesar de los pesares, todavía tenemos pocas personas en nuestra vida de las que aprender, deberían ser muchas más. Nos falta mucho por aprender.
Hay cosas que nadie puede llegar a enseñarnos, salvo nosotros mismos, a pesar de lo duro o cruel que pueda llegar a ser.

Siempre,
Analema

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