Una ciudad como París necesita ordenar su caos circulatorio y salvaguardar la integridad física del transeúnte. Por eso París, como cualquier ciudad, dispone de semáforos para controlar el tráfico tanto para peatones como para vehículos.
Y lo normal sería que los peatones respetaran el consabido:
"rojo = parar"
"verde = pasar"
Supongo que el Sr. Alcalde de la ciudad eso pretende, pero resulta que sus conciudadanos suelen tener mucha prisa o se creen muy listos y no le prestan mucha atención a ese código de colores.
Lo importante para ellos es cruzar, suelen hacerlo cuando está en verde, pero tranquilamente pueden llevarlo a cabo cuando está en rojo e incluso cruzar la calle en rojo y mirando al suelo de forma simultánea como retando a los vehículos a un " a ver si me pillas campeón! "
Y no será porque los señores de tráfico no se hayan esmerado en que se cumpla el código de colores, no, no es por eso, incluso llegaron a instalar varios diseños de monigotes de semáforo para ver si funcionaba, pero oye, que nada, ellos van a su bola.
No me digáis que estos no tienen un talante como pasota para que les prestes atención, eh? no se, me resultó curioso que a pesar de los cambios de diseño de los muñequitos del semáforo, los transeúntes siguieran yendo a su bola... será cosa de ser francés :)
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