07 marzo 2017

Locura húmeda, mojada y pasada por agua

La vida se compone de momentos… momentos que pueden conseguir que ésta sea inolvidable, divertida y espectacular o triste, monótona y aburrida.

Incorporar un componente de locura en tu vida te da alas (ni Red Bull ni narices) y te da el coraje suficiente para tomar las riendas de tu día a día y convertirlo en toda una experiencia.

Abandonar el confort de lo cotidiano y lanzarse a cruzar España con unos desconocidos, que al fin y al cabo eran buena gente, hace que quien más quien menos te mire extrañado cuando les cuentas tus pequeñas y secretas intenciones.

El desafío en esta ocasión consistía en una marcha de resistencia, al menos para mi, a eso ya lo llamo resistencia, 50 km’s del tirón, nada de distribuirlo en varias jornadas, entre pecho y espalda :D

Atendiendo a la realidad de que a servidora le ‘molestan’ las multitudes, pues en menudo berenjenal me metí… pero oye, salí airosa y entera… bueno, airosa y marcada :D

La ruta era lineal, de Córdoba a Adamuz con todas las comodidades posibles... avituallamientos disponibles que te evitaban tener que cargar con comida para toda la jornada, transporte organizado por si te entraba añoranza del sofá o para cuando que cuando uno acabase te recogieran como realmente te mereces, a cuerpo de rey o reina…

A priori era una ruta sencilla por el trazado, con dos únicas subidas destacadas sobre el km 12 y 36 que sumaban los prácticamente 1.084 m de desnivel positivo de la salida.

Y sí, fue una ruta de fácil trazado, salvo por los últimos 8 km’s de asfalto y cuestas que tras más de 40 km en las piernas hubiésemos regalado encantados.

La sorpresa que nos deparaba la jornada era algo que no se puede controlar, ¡la climatología!



Para que quede constancia en acta, marcado en negrita y subrayado,  más del 71% de los 50 km’s se realizaron bajo la lluvia… lluvia débil, lluvia que moja, lluvia molesta, lluvia incesante, lluvia… ainssss… fueron 10 horas rodeados de este líquido elemento por arriba y ¡por abajo!.

¿Qué te ofrece Córdoba cuando la visitas? El Guadalquivir, ese río que aparece y desaparece, ¿verdad?, no, no, que ese era el Guadiana :D

Pues en ruta también tuvimos un ‘Guadalquivir’, un pedazo río que no debería de haber estado ahí y al que nadie había invitado y que se convirtió en la diversión de la jornada. ¡Fue fantástico cuando nos obligaron a meter los pieses en él !

La compañía merece mención aparte.

Desconocidos que en mayor o menor medida se acaban haciendo un hueco en tu corazón.
Conocidos a los que agradeces volver a abrazar.
Caras nuevas que al finalizar el finde siguen siendo desconocidos, ¡lo siento!
Atenciones que no esperas recibir de alguien que no te conoce.
Risas y ratos de conversación con alguien que te acoge como si te conociera de toda la vida.

A esa alma cándida cordobesa adoptada en plena ruta, gracias por tu compañía, tu ánimo y tus ganas… un placer haber compartido km’s  a tu lado.

¡Gracias a todos!



Gracias por la oportunidad de haber podido compartir esta experiencia con vosotros… gracias Luzdecruce… fue un placer que espero poder repetir.

Al equipo de ruteros, voluntarios y demás componentes de la organización… ¡touché!, nada hubiese sido posible sin vosotros, sois el alma mater de esta experiencia que me llevo en el corazón y en la que pienso volver a reincidir.

A José Antonio, alias ‘Indi’ o algo parecido, el mandamás vaya, que no hizo los 50 km’s, no, hizo muchísimos más estando al tanto de todo y de todos durante toda la travesía… gracias por el pequeño detalle de acompañarnos durante la noche que pasamos en el polideportivo y por todas las demás atenciones durante y al finalizar la ruta. No perdiste la sonrisa en ningún momento y mira que te dimos motivo para ello :DD

A Manolo, que me rescató de entre los árboles cuando me deslicé cual gacela ansiosa terraplén abajo, ¡gracias!. Fijo que hubiese salido sola, pero fue más bonito con ayuda :). Gracias por las risas en la recta final y por tu simpatía.

A ‘amarillo’, ¡gracias por soportar nuestros desvaríos en los últimos kilómetros! 50 km’s son muchos y el sentido común acaba haciendo aguas cuando menos te lo esperas. Gracias por tu paciencia y tu sonrisa (y sí, recuerdo que te llamas José Antonio… ¿o era Juan Antonio?, aissss :-/)

Es imposible nombraros a todos, así que ahí queda esa muestra.


Como no podía ser de otra forma, hice uso de todos los servicios que poníais a nuestro alcance… al de la ambulancia… prometo que en la próxima ocasión me caeré con más gracia para ver si al final puedes usar las agujas esas que tenías preparadas… en esta ocasión con un poco de pintura tipo indio fue suficiente, ¡gracias!

La adaptación de la ruta en tiempo real fue espléndida, el enfrentarnos a los impedimentos del camino cuando éstos aparecían fue divertido, el sentir como los artículos que llevabas encima pasaban de impermeables a permeables en grado máximo fue una experiencia curiosa… el xop xop de las zapatillas cada vez que salían de un charco insalvable… aissss, si ya casi estaban secas…

En fin… panda de insensatos aspirantes a buceadores… se os quiere.
Por muchas locuras repetibles más... of course.

Siempre,
Analema

P.D.: Fotografías ‘chorizadas’ de la organización. Más imágenes aquí.


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