En la mayoría de iglesias, basílicas o templos cristianos de la ciudad de Roma reza en la entrada un cartel como el que sigue...
Escrito en 5 idiomas, para que la excusa del "no lo entiendo" no sea válida, una leyenda parecida a la anterior corona todos los accesos de las más importantes iglesias de la ciudad. En caso de no existir, siempre estará el vigilante/a de turno para recordarte que tienes que taparte antes de entrar.
Da igual que sea verano y en el exterior estés a 40ºC, si quieres acceder al interior tienes que ocultarte... que cada cual saque sus propias conclusiones.
Por si alguien no supiera leer, que a día de hoy, haberlos haylos, en El Vaticano rizan el rizo y el susodicho aviso lo adornan con dibujitos...
En su defensa, si consideráramos que dicho aspecto es defendible, hay que decir que cumplen a raja tabla con la prohibición que muestra el cartel. Si a su juicio enseñas demasiada carne, o te quedas a las puertas recitando las maldiciones aprendidas durante años o te acercas a la tienda de souvenirs de la esquina donde por un "módico" precio resolverán tus problemas y podrás llevarte a casa un enorme pañuelo de seda con las imágenes de los monumentos más importantes de Roma.
La elección es tuya...
Más de lo mismo y seguimos en La Iglesia de San Pedro, en el Vaticano...
Ellos tienen el balón, juegan en casa y esas son sus condiciones, si aceptas te esperan con los brazos abiertos, si decides no jugar, te vuelves a casa con cara de pocos amigos y con una mala experiencia a la espalda.
De nuevo, la elección está en tus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario