14 agosto 2021

Influencias, pensamientos y demás

 

Creencias, formas de pensar, ideales... ¿realmente nos son propios?


Habrá algún momento en nuestra vida que nos creamos en posesión de la verdad absoluta.


Luego probablemente avancemos y consigamos ser más tolerantes con el mundo, más flexibles, más empáticos con nosotros mismos y con los demás. Entonces tendremos una opinión, no una verdad.


Quizá consigamos alcanzar el momento en que nos conformemos con escuchar a los demás, sus dialécticas, sus panfletos reivindicativos de uno u otro género y quizá en silencio establezcamos nuestra propia idea sobre el particular.


Pero no nos engañemos, en cualquiera de esas etapas o de las intermedias que cada uno de nosotros pueda experimentar, jamás seremos libres de tener pensamiento propio.


Por el simple hecho de vivir en sociedad, rodeados de propios y extraños, nuestra realidad se ve alterada. También nuestras ideas.


Nuestro pensamiento se ve alienado y contaminado por opiniones ajenas, voluntarias o involuntarias. De las que sabemos que nos afectan e incluso mucho más de las que ignoramos que nos llegan o consiguen afectarnos.


Ergo, ¿podemos en algún momento considerar que nuestras ideas, nuestros pensamientos y ocurrencias son realmente nuestras y no interferencias de todo lo que vivimos, nos cuentan, oímos, leemos, observamos?


¿En algún momento hemos sido o podremos ser libres de pensar por nosotros mismos?


¿Quizá la meditación sea la solución al pensamiento libre y propio?


¿Cuándo conseguimos realizar una meditación profunda, nuestros pensamientos actúan por su cuenta sin la interferencia del mundo consciente?


El precio que hay que pagar por la autenticidad de pensamiento ¿es el vivir en sociedad?


Cuando eres consciente de que ni tan siquiera tus pensamientos te pertenecen... bueno, simplemente, acojona... aún así... seguimos...


Siempre,

Analema


P.D.: gracias a P.J.B. por generar esta reflexión