19 noviembre 2018

Nocturna de noche...


Avanzas, maduras, asientas la cabeza... y tarde o temprano llega esa etapa en tu vida en que haces únicamente lo que realmente te apetece hacer. Ni más, ni menos.

Y aceptas invitaciones sugerentes, y haces posible momentos únicos y básicamente regalas tu tiempo a quien se lo merece, a quien te da la realísima gana.

Porque no estamos en este mundo para hacer las cosas correctas... no como siempre se han hecho.

Estamos aquí para sentir, para cumplir con tus sueños, para vibrar, para explorar... y nada de eso se consigue si no arriesgas, si no te lanzas, si no escuchas a tu alma.

Y sientes que puedes, y sabes que quieres y te arriesgas sin pensar demasiado.

Impera lo que vale la pena, lo que disfrutas, la compañía que eliges... porque eliges conocer, estar, compartir.

¿Hay salida en un 24h non stop seguido de otro y otro más? Confía en tu instinto, él sabe lo que puedes soportar, él sabe lo que disfrutarás intentándolo, él conoce tus miedos y sabe que puedes con eso y más... y crecerás, y aprenderás, y te conocerás mejor... porque la vida vale la pena, porque compartir vale la pena, porque dar oportunidades a quien se las merece, vale la pena.

Te mereces vivir tu día a día con ilusión y hacer realidad esos sueños que algún día se formaron en tu mente de forma misteriosa.

Arriésgate... puedes, debes y quieres.

Y llega el momento en que aceptas desconectar del mundo unos días acompañada de ese desconocido que siempre ha estado ahí.

Y esa desconexión te sienta bien.
Y ese alguien se hace más y más presente.
Y disfrutas de una forma que jamás creíste capaz.
Y oyes de nuevo esa vocecita que repite... ¡¡te gustará!!

Y te gusta.
Y le encuentras un atractivo especial  
Y te adaptas.
Y no necesitas más.
Y lo básico es lo único que se torna real.

Y es que… ¿qué mas se puede pedir cuando amaneces tras una ventana con vistas y acompañada de alguien que no oprime, ni exige, ni condiciona nada de lo que ocurre?



Gracias, por todo, ha sido un enorme placer aceptar tu invitación para hacer realidad algo que teníamos pendiente... acompañarlo con el decorado que elegimos fue simplemente, espectacular.

Siempre, 
Analema 

22 agosto 2018

Oportunidades para crecer...


De la vida se aprende, de eso no cabe duda.

Pero muchas veces no sabes cuando aparecerán esas enseñanzas.

A veces te pillan de improviso y sin avisar... como apareciendo por la espalda, vamos.

Igual sucede con la gente que aparece o se cae de tu vida.

Aparecen sin más, sin haberlos llamado, sin pretender que cambies de posición.

Y en ocasiones, sin tener la intención de... acaba ocurriendo.

Alguien que es el amigo de un amigo pasar de ser un desconocido a compañero y espero que amigo por mucho tiempo.

Alguien a quien en un primer y segundo momento no le diste la importancia que se merecía, acaba convirtiéndose en un básico de tu día a día.

Alguien a quien en primera instancia ves como inmaduro y quizá hasta débil, acaba demostrándote que es todo lo contrario, fuerte y cabezota.

Alguien a quien bautizas como te sale de los mismísimos (porque tu eres así), acaba siendo alguien tierno y cercano.

Alguien con quien eres amable desde el minuto 0 acaba convirtiéndose en ese pilar que buscas cada noche al llegar a puerto.

Alguien con quien te metes y te hace reír, acaban siendo personajes que te dan una lección de amistad y tesón.

Alguien a quien de primeras no habías prestado atención, acaba siendo el nexo de unión de varios mundos.

Alguien que, aún sin levantar dos palmos del suelo, resulta ser toda una sorpresa para propios y extraños... ¡que grande eres! ¡y que lejos llegarás!

Alguien que te demuestra que, ni continentes ni idiomas pueden parar al amor.

Alguien que es amable contigo cuando tiene ocasión y que te ilusiona reencontrar en cualquier lugar.

Alguien con quien creías no haber conectado, pero que al final resulta ¡que sí lo hiciste!

Alguien que intenta integrarse, bromeando en cualquier situación y que al final encuentra su lugar.

Alguien con quien, a priori no tienes nada en común y con quien acabas entablando una conversación entretenida y curiosa.

Pero… siempre la parte positiva tiene su parte no tan buena... gente que obra de forma que no entiendes, que no comprendes, pero que tampoco juzgas... quizá algún día entiendas ese proceder.

Pero ese malestar te acompaña, hasta que llega el momento en que en lo más alto de un cerro lo dejas ir y ya no te importa, pierde su poder sobre ti y puedes continuar con las cosas buenas que te ofrece esta experiencia.

No se pueden resumir 13 días de idas, venidas, madrugones, etapas y kilómetros en cuatro frases.

Mucho es lo que nos has ofrecido y mucho es lo que nos llevamos.

Los que hemos tenido suerte habremos aprendido algo, los que no, están condenado a repetir los mismos errores una y otra vez.

Nos quedamos con las enseñanzas que han aparecido ante nosotros… la soledad es buena, la amistad es indispensable, la camaradería es importante, el apoyo ha de ser incondicional… cualquiera se merece una oportunidad... sólo a los mejores se les brindan segundas oportunidades.

Nunca decepcionas estimado Camino… en esta ocasión has vuelto a cumplir… me llevo mucho bueno, dejo atrás situaciones tensas y espero poder reconducir comportamientos extraños hacia mejor.

Gracias, siempre,
Analema




04 enero 2018

Mensaje subliminal tras unos juncos


Hay ocasiones en que el día amanece de forma espectacular y acaba de forma magistral.
Hay días en que avanzan las horas y desconoces totalmente la sorpresa que te aguarda al final del día.
Hay momentos en que no puedes evitar sonreír, en que te entran unas ganas enormes de abrazar.
Hay instantes que se te quedarán grabados en la memoria hasta que exhales tu último aliento.

Y es que hay momentos mágicos que creas, que preparas, que construyes con todo el cariño y la delicadeza de que eres capaz.

Pero también hay situaciones que te desbordan, que no avisan que van a llegar, que te embargan, que simplemente… pasan.

Y así fue, ni más ni menos, cuando sin querer, pero queriendo, simplemente, pasó.

Más de una década hemos tardado en poder acortar distancias.
Y sin programarlo, fue en un lugar especial, en uno de esos lugares que nos ‘unía’.
Y fue de una forma totalmente inesperada… con un ‘pasea conmigo por la playa’ y con un ‘te veo en una hora’, sin más.

¿Querer es poder?

Hay veces en que no sabes que quieres, pero tu ser quiere por encima de todo.
Hay ocasiones en que finalmente, simplemente, te rindes.
Hay momentos mágicos que ahora sabes que no cambiarías por nada del mundo.

¿Una vida programada y a golpe de agenda?
¡No!
¡Improvisemos!

Disfrutemos de todo lo maravilloso que la vida nos ofrece, de lo que sin pretenderlo, creamos… porque las cosas no pasan porque tienen que pasar, no, pasan porque nosotros queremos que pasen, aunque sea en lo más hondo de nuestra alma y no hayamos identificado todavía esa necesidad latente.

Y tenía que pasar, tenía que llegar el momento en que estuviéramos face to face, en que pudiéramos mirarnos a los ojos y recordar todo lo que años atrás habíamos compartido.

Esa complicidad que no tienes con cualquiera y que luchas para que no desaparezca, estaba ahí, ¡era eral!

Fuiste mi mejor regalo de Navidad en mucho tiempo J

Gracias por tu tiempo, tu cariño, tu simpatía, tu ser tú, tu no estar incómodo ante alguien que no habías visto jamás, gracias por hacerlo sencillo, ameno, como si fuéramos dos desconocidos que se conocen desde hace mucho y que necesitaban esos minutos un 31 de diciembre a pie de playa.

Gracias por echarme la bronca cuando era necesario.
Gracias por haber escuchado cuando tenía algo que contarte.
Gracias por haber confiado en mi cuando simplemente, lo necesitabas.
Gracias por compartir conmigo penas y desdichas varias.
Simplemente, gracias por formar parte de mi vida.

Prométeme que no tardaremos diez años más en volver a vernos… seamos más proactivos, a pesar de nuestras diversas y variadas vidas, consigamos encontrar un hueco para coincidir y compartir, ¿te apetece?

Abrazo enorme, de esos que crean endorfinas a mogollón.

Siempre,
Analema